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jlacu1

doce y pico (una hora menos allí)

No pensaba que me iba a resultar tan duro. En el momento en el que el avión estaba ya a 10 metros del suelo, me he dado cuenta. Juro que yo no quería llorar. Escribir me puede servir en cierto modo de bálsamo.

Tu manera de afrontar la despedida es algo que me enorgullece. Sólo al alcance de elegidos, de trileros de la mueca que consiguen hacer seguir a una expresión de emoción y tristeza, un guiño a la risa y la alegría que siempre desprendes.

Recuerdo en una ocasión haber oído conversar a dos amigos sobre tí, estando yo en el pasillo. ¿Imaginas lo que supuso para mí escucharles hablar tus virtudes sin que nadie se lo pida? Nombraron tu sonrisa. Creo que alguna vez te he hablado de ella.

La vuelta a casa no ha sido fácil. Cada momento en que me quedo sólo me hundo un poco. Cuando ha sonado el teléfono he supuesto que mi ánimo iba a cambiar; así ha sido.

No es casualidad que en este momento suene JS en mi reproductor. Tampoco lo es que sea una canción tan rápida y buena que es imposible no seguirla con la voz.


2 comentarios

jlacu1 -

Es una buena idea. De hecho voy a madurarla y un día me presento allúi para echar una tarde de caña y tapas.
Pero que no te engañe lo que escribo nada más irse. Estoy bien, sólo que echo de menos.

pol -

Que te vas a tener que venir a los madriles a tomarte una o mil cervezas. Hombre.