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jlacu1

Nuestras ganas de volar...

Los tres diferentes. Todos intensos.

El de la llegada vino con la emoción de la bienvenida. Un abrazo desde dentro que llegó hasta muy dentro. La tarde trajo el descanso y la conversación. Echaba en falta hablar y compartir pequeñas historias sin relevancia.

El siguiente comienza con la alegría sobre la arena. La marea llegó hasta nuestras toallas hasta que disfrutamos la mejor comida en mucho tiempo. El tiempo acompaña y el día concluye a ritmo del último gran éxito en Dos Capuchos.

 

 

Nos vamos con las mejores prendas del lugar, eso que nos llevamos por delante. Así comienza el día 3, que se traslada por autobús, barco y metro a la ciudad. Paseando por ella llegamos a algunos lugares que dejan el recuerdo de grandes vistas. Es un buen momento para relajarse y observar. Y eso es lo que yo hago. No sé si es posible ser más bonita. Cogemos el tranvía, bailamos sobre los tejados...

Ni la ida ni la vuelta son largas. Tras estos días caigo en la cuenta de la cercanía. Tan próximo que creo que si lo intento llego a acariciarte suavemente el antebrazo.

 

1 comentario

Lucía -

Cada palabra que escribes me hace recordar. Gracias.