Finta y tiro en suspensión
Todavía en época estival, me doy cuenta de que tengo este soporte. No se puede escribir todo lo que se vive; eso supone exponerse demasiado y en aquellas semanas mucho más.
Pecando de nada original, hoy me apetece hablar de baloncesto. Como no hacerlo con este desencuentro de sentimientos entre el orgullo y la impotencia. Partido apasionante y nueva prueba para el sistema nervioso.
Pero quiero hablar de mí como prota del juego. Instantes en los que las sensaciones son inmejorables. Aquí me enfrento a un desafío con Isaías. Me creo capaz de poderle cuando en un lanzamiento lejano, compruebo como la trayectoria del balón va a ser ganadora. También cuando una jugada prefijada en mi cabeza acaba dentro en bandeja con la derecha. Más tarde se impone la realidad de la lucha de poderes y la victoria del mejor.
De vuelta a casa le vacilo bastante y él aún más y seguimos hablando de basket. Como sé que esto no lo va a leer y por tanto la vergüenza no tiene porque existir, me aventuro a darle este acentuado agradecimiento.
2 comentarios
jlacu1 -
Eras el pincipal objetivo de mis emails mañaneros.
Es una costumbre que no voy a dejar de hacer de tiempo en tiempo así que atento a tu buzón de entrada.
El otro abrazo!
Inzivilizado -
Qué alegría me da que estés en estos laureles!
Un abrazo